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3 funciones de los recuperadores de calor de aire de ventilación que no conocías

Recuperadores de calor

Los recuperadores de calor son indispensables en los sistemas de ventilación. Estos aparatos son capaces de renovar el aire del interior de los locales, dotándolos de una óptima calidad de aire y manteniendo las condiciones de temperatura y humedad. Este mecanismo impulsa aire limpio desde el exterior y extrae el aire viciado del local simultáneamente, de modo que hay un remplazo constante. Además, el recuperador sirve para mantener casi la misma temperatura del aire previo a su extracción gracias a su intercambiador de calor, el cual cede la energía del aire extraído al aire de entrada. Estos equipos cuentan con altos rendimientos, condición que contribuye a la eficiencia energética.

Para lograr una ventilación adecuada no siempre es suficiente por medios naturales, como abrir las ventanas y dejar correr el aire. En ocasiones, debido a las características y condiciones del espacio, es necesario el uso de ventiladores o recuperadores de calor para conseguir que la calidad del aire sea la óptima y se mantenga así. Y de este modo asegurar la extracción de aire contaminado y la aportación de aire limpio con el fin de obtener beneficios derivados como el confort y un ambiente bueno para la salud.

Los recuperadores de calor de aire no son solo para olores

La alternativa automática para expeler malos olores en espacios cerrados son los extractores de aire y, de forma más eficiente, los recuperadores de calor. Sin embargo, no es la única cuestión a la que hacen frente y sus beneficios son numerosos. 

A continuación, te nombramos 3 funcionalidades principales del recuperador de calor de aire para mejorar las condiciones de un lugar determinado.

1. Control de humedad (condensación de aire)

La humedad es un factor de suma delicadeza que hay que tener en cuenta para el bienestar de las personas. Ya que un exceso puede traer complicaciones de diversas índoles.

El porcentaje de humedad recomendado en lugares interiores está entre el 30% y 70%. Tanto un nivel superior, como uno inferior, pueden propiciar efectos adversos como la fácil transmisión y prolongación de vida de los virus.

Una cifra superior al 70% ocasiona la creación de moho y el crecimiento de ácaros de polvo en el espacio. Esto puede desencadenar consecuencias como el deterioro del mobiliario, paredes y techos, problemas de alergias y toxicidad, cutáneos y efectos sobre la salud de las personas (problemas respiratorios).

Si el porcentaje de humedad es inferior al 30%, el ambiente seco puede causar irritación en las vías respiratorias y en los ojos, sequedad de la piel, además de generar descargas electroestáticas.

Estos extremos crean un espacio con condiciones perjudiciales y no aptas para tener una estancia agradable y el bienestar de las personas se ve afectado.

El vapor de agua en el ambiente de la estancia puede ser contrarrestado con los extractores o recuperadores de calor de aire, evitando estos efectos negativos. Asimismo, el valor de la humedad dentro de un espacio es un condicionante para la regulación de la temperatura, ya que dificulta la refrigeración de la estancia y aumenta la sensación de calor y frío.

2. Temperatura (regulación de aire)

El componente principal del confort en espacios interiores es la temperatura. Hay que adecuarla en cada estación del año para lograr una sensación agradable. La temperatura de una estancia se regula con el uso de AC o climatización, sin embargo, el recuperador de calor de aire puede ayudar a disminuir su trabajo y el gasto energético.

La conveniencia de los recuperadores de calor de aire proviene de su capacidad para mantener un flujo constante de aire limpio, prácticamente manteniendo la temperatura del aire interior, mejorando el ambiente del espacio y manteniendo las condiciones de confort.

La temperatura recomendada dentro de un espacio oscila entre los 23º C y 26º C. Para alcanzar estas condiciones, la acumulación de aire caliente supone una complicación. Además de causar sensación de sofoco y “cerrado” en el ambiente, dificulta la regulación de todo el aire contenido para conseguir una temperatura confortable. El recuperador de calor aspira esa corriente caliente e introduce aire limpio, simplificando el esfuerzo de la climatización.

3. Calidad de aire (impurezas)

Los lugares cerrados requieren la renovación del aire de forma constante, ya que en determinado tiempo el calor se acumula. La concentración de personas va “viciando” el aire, causando una sensación de sofoco, de calor o incluso la emisión de contaminantes generados por aparatos electrónicos o por las mismas personas.

Un ambiente sano depende, en gran parte, del aire que lo compone. Este aire debe ser limpio y de calidad para evitar efectos perjudiciales. Así mismo, su importancia cobra mayor relevancia cuando se trata de lugares interiores, con estancias prolongadas o concurrido de personas en esa estancia.

Una de las medidas oportunas para disponer de aire de calidad es el uso de recuperadores de calor. Estos mantienen un proceso de ventilación con suministro constante de aire fresco y limpio. Además de expulsar tóxicos y bacterias contenidas en el espacio interior. En cuanto a la nueva corriente de aire, y para garantizar la salubridad en el espacio, se utilizan sistemas de filtración y purificación.

Un buen funcionamiento del recuperador de calor de aire

Ya hemos hablado de que la ventilación dentro de un lugar, y la sustitución por aire en buen estado, supone un impacto positivo en la salud y en el bienestar de las personas. A su vez, en el entorno laboral también se crea un ambiente más relajado, cómodo y productivo.

Para conseguir estos beneficios y sacar el máximo provecho de los recuperadores de calor de aire, se deben considerar tanto las características operativas del aparato e instalación, así como las condiciones del espacio interior y los factores que afectan al ambiente. De este modo se asegura que la capacidad del recuperador de calor sea la adecuada y desempeñe su funcionalidad correctamente.

Hay que tener en cuenta la capacidad del equipo frente al tamaño del lugar, conocer sus requerimientos de instalación, como el diámetro del tubo de salida, cuál es su ubicación más favorable y la disposición de aberturas para la circulación de aire, de modo que aseguremos el funcionamiento óptimo de este. También es importante examinar las características del dispositivo como su protección contra el agua (en lugares muy húmedos se recomienda un IPx4), el consumo energético o incluso el nivel sonoro.

Asegura la calidad del aire en tu espacio y olvídate de esas condiciones incómodas, calurosas y sofocantes. En navas-sa realizamos instalaciones de ventilación con recuperadores de calor de aire y estudiamos las opciones que mejor se adecuen a tu espacio. Contacta con nuestro equipo especializado en ventilación.

 

9 de junio de 2023

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